Avignon - Journées Nationales 2002
Lo íntimo y el dinero
Más allá aún de la riqueza clínica de los lazos entre lo íntimo y el dinero, estos ultimos tejen vínculos paradójicos en nuestra práctica.
El psiquiatra funda su acto en la encuentra intersubjetiva con su paciente. La consulta, disimulada a la vista pública y a la presión social — sin desconocerlas sin embargo —, crea un espacio-tiempo íntimo que invita a confiarse de manera confiada. El sufrimiento puede entonces estar espresado como un quejido, la “víctima” designada, u ofrecida, puede pasar a una demanda de ayuda y de comprensión , más allá de una reivindicación de restablecimiento. La ética manda que al individuo no se le reduzca al destino de una fabricacón genética, al proceso automático de una enfermedad en evolución, ni siquiera a una imagen social, a sus características profesionales o familiares. Frente a las presiones adaptativas de la norma social, el psiquiatra defiende la dignidad del individuo y catalisa el compromiso del paciente como sujeto de su palabra, lugar del inconsciente, actor de un cambio, pero no como el objeto pasivo de los cuidados.
La competencia del psiquiatra está a menudo diferenciada como conocimiento y peritaje científico para tratar una enfermedad designada y aliviar el sufrimiento psíquico. Como médico, permite obtener las ventajas del seguro de enfermedad y las redes de asistencia.
El sistema francès de seguro de enfermedad articula la libre selección del médico por el paciente y el reembolso de los gastos. Mientras la salud no tiene precio, claro que tiene un coste que no se puede ignorar virtuosamente. Sin embargo, ¿ son realmente los mejores cuidados siempre al mejor coste ? ¿ Puédese que la necesidad de reducir los gastos de salud resulte en una rigidez protocolizante de “productos terapéuticos” formateados ? El encargarse de los cuidados de todos, que es un voluntad de “salud publica”, ¿ puede desviar, de manera peligrosa, de una intervención individual y personalizada hacia el automatismo de prescripciones teledirigidas ? O también, por ser interesados en reducir los gastos de salud, ¿ vamos a llegar a una delegación generalizada de las competencias que atomiza la complejidad de las situaciones en intervenciones “determinadas” ? El seguro de enfermedad, lo cual oculta al paciente una deuda de la cual no puede más liberarse, ¿ no modifica profundamente su relación con los cuidados ? La economía psíquica es tal que es dificil disfrutar — de manera legítima — de un cuidado, como de una donación liberante, y al final plantea más bien el problema de algo merecido, de una dependencia y aun de una reparación ¿ Es el cuidado medical un “producto de consumo” como cualquier otro ? Norma de la transacción social, objeto de intercambio polivalente, el dinero interviene de manera singular a travès de sus significados simbólicos donde hay una transferencia (donación, deuda simbólica, independencia, ilusión de dominio, regalo e influencia, acceso al lo íntimo etc.)