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Carta de la Psiquiatría

Carta establecida durante los Décimos Días Nacionales de la Psiquiatría Privada el 26 de Octubre de 1980

Ramo antiguo y particular de la medicina, la psiquiatría, disciplina de los profesionales que operan en el campo específico que es el suyo, se funda tanto en la ciencia médica como en el arte que está proprio de esta.

Implicada en la realidad social, la psiquiatría tiene éticamente que preservar a todo coste la individualidad y la originalidad de las personas que se confían o que le están confiadas.

Independientes de las ideologías, el arte y las técnicas psiquiátricos toman en cuenta a la persona en su totalidad, con sus aspectos biológicos, psicológicos, relacionales e institucionales.

La psiquiatría pretende así restablecer al enfermo en su ser y en la vida.

Con este fin, un contrato se traba, tácito o explícito, cuyo objeto sólo puede y debe ser el beneficio del enfermo, fuera de cualquier obligación extranjera, pública o privada.

Con respeto a la regla hipocrática, la ética de cada practicante guarantiza a cada enfermo : secreto, información, asistencia, y, si es necesario, consejo.

Este principio no admite ninguna excepción. Esto significa que la psiquiatría se niega solemnemente a aceptar cualquier presión exterior amenazando la integridad física o mental del enfermo, que sea o no éste claramente consciente de esta amenaza.

Intenta instaurar o restaurar para el enfermo un presente soportable y un porvenir posible. Debe permitir al enfermo tener o volver a tener libertad, autonomía y responsabilidad.

Los profesionales de la psiquiatría se comprometen solidariamente a respetar y hacer respetar estas reglas éticas en cualquier tiempo y en cualquier lugar.