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Manifiesto de la psiquiatría liberal

La psiquiatría es la disciplina médica que cubre el espacio clínico del sufrimiento psíquico en sus diversas expresiones. Considera al hombre en su conjunto, cuerpo y mente, y su subjetividad, su experiencia y su historia, al centro de su red afectiva y social.

En la interacción de lo biológico y de lo relacional, la psiquiatría toma en consideración un conjunto de causalidades complejas y que no se puede reducir a los solos parametros objetivos, cuantificables. Debido a su proprio objeto, la práctica del psiquiatra no puede contentarse con el modelo médico usual, ni encerrarse en normas que se supone establecidas, y aún menos perderse en ciertas desviaciones cientificistas actuales. En prioridad, se aplica a restituir al sujeto sufriendo su libertad de vivir, de amar y de establecer una relación al mundo que sea abierta y creativa, inscrita en el lazo social.

Desde un medio siglo, la historia de la psiquiatría francesa se ha caracterizado por una lucha incesante contra el encerramiento y la exclusión, una voluntad obstinada de desalienación.

El desarrollo de la psiquiatría liberal atestigua en primer lugar esta dinámica de la cual representa uno de los instrumentos principales.

En su ejercicio liberal, el psiquiatra interviene precisamente con sus características de independencia, de autonomía, de responsabilidad personal en la decisión y la realización terapeúticas, de confidencialidad rigorosa de la relación. Su intervención responde exclusivamente a la demanda del sujeto que conserva a cada etapa la libertad de su elección y de su conducta, el pago hecho a cada intervención médica representando una de las garantías de esta libertad.

La disponibilidad, la implantación del psiquiatra en la ciudad y su accesibilidad – incluso económica – facilitan la ampliación y la precocidad de la demanda por curas médicas, lo que aumenta aún más la eficacia de las curas con respeto a los riesgos de decompensación, de pérdida de autonomía y de desadaptación social.

Al curar, el psiquiatra utiliza tan lo que es como lo que sabe ; se ha formado y continua a formarse en una inter-evaluación y un cuestionamiento permanentes, libremente consentidos y organisados.

Enfrentado a la originalidad de cada situación de sufrimiento en la sorpresa repetida del encuentro con el paciente, admitiendo la existencia de una ignorancia que siempre queda por descifrar, el psiquiatra debe preservar a cada instante su capacidad de innovar para mantenerse lo más cerca posible de la realidad de cada uno.

Cualquier intento de encerrarle en procedimientos estandarizados y en modelos intangibles, sólo resultaría en un grave perjuicio de los resortes mismos de su eficiencia.

Nosotros psiquiatras liberales, no podemos transigir sobre lo que funda la calidad misma de nuestras curas médicas.

Texto establecido el 10 de Abril de 1995